EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL
Psicóloga: Kitzia Paloma Rodríguez Chávez
Uno de los principales objetivos
y por lo que todos trabajamos con amor y esfuerzo cada día, es lograr formar
seres humanos competitivos y felices, con las habilidades necesarias para
desarrollar una autoestima sana y otras que les permitan integrarse y
relacionarse en cualquier grupo social en una forma armónica y adecuada.
Con los siguientes ejercicios se
podrá seguir desarrollando la inteligencia emocional de los niños y con ello
seguir trabajando en su seguridad, con mayores recursos en el manejo de sus
emociones y en la solución de conflictos, logrando así una mayor integración a
cualquier grupo fundamentada en valores.
ACTIVIDADES PARA SEGUNDOS GRADOS DE PRIMARIA (DEL 20 AL 30 DE ABRIL
2020)
SEMANA
1
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ACTIVIDAD
1
INSTRUCCIÓN: Pida al niño que en una hoja blanca
coloque el siguiente título “Aprendiendo a defenderme y a solucionar
problemas.
Posteriormente pida al niño que responda la
siguiente pregunta: ¿Alguna vez has querido platicarle a alguien lo que
sientes?, después pida que haga un ejemplo colocando lo siguiente. ¿Puedo
hablar contigo?, me siento… porque… te quiero pedir que…, y por último
realice un dibujo de un grupo de niños arreglando sus problemas con palabras.
(en la misma hoja)
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ACTIVIDAD
2
Leer en familia el cuento: “GARBANCITO”, comentar
la reflexión y elaborar un dibujo sobre el cuento.
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SEMANA
2
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Sacar una copia a color de alguna fotografía del
niño, en ella, trazar diferentes líneas de tal forma que puedan recortarse
para elaborar un rompecabezas.
Cortar las piezas de la fotografía y pedirle al
niño que lo arme nuevamente y lo pegue en una hoja de color que tenga como
título: “ME RECONOZCO”.
En la parte inferior de la hoja responder la
siguiente pregunta ¿Qué crees que te hace una persona especial?
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Pida al niño (a), que realice las siguientes
actividades con la mano que menos utiliza: Peinarse, cepillarse los dientes,
cerrar los ojos y caminar unos minutos por la casa, debe mantenerse alerta sobre
los olores, sonidos y sensaciones que experimente en ese momento. Pídale que
trate de alzar algunos objetos con sus pies, cerrar la puerta con su pie,
tratar de escribir su nombre con sus hombros, rodillas y codos (en el aire).
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EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL:
CUENTO “GARBANCITO”
Erase una vez un niño menudo y
muy bajo de estatura, pero muy vivaracho, a quien llamaban Garbancito. Siempre
tenía ganas de hacerlo todo por sí mismo. Cuando su padre o su madre le decían.
-Oye Garbancito, esto ya lo
haremos nosotros porque tú eres demasiado pequeño.
Él les respondía: -No hace falta
que lo hagáis vosotros, ya me las arreglaré yo solo.
Cierto día oyó que su madre
decía:
Nos hemos quedado sin pan para
comer.
-Iré yo mismo a la panadería a
comprarlo –respondió Garbancito.
-¿No ves que cualquiera puede
pisarte por la calle, de tan chiquito que eres? –repuso su padre.
-Pues ya cantaré lo más fuerte
posible –contestó Garbancito, que siempre tenía soluciones para todo.
La panadera, cuando oyó que una
vocecita le pedía una barra de pan y no veía a nadie, se sobresaltó.
-No se asuste- dijo Garbancito -;
estoy delante del mostrador y quiero una barra de pan.
De vuelta a casa, no paró de
cantar y silbar para que nadie lo pisara.
El padre de Garbancito era
camarero. Un día llegó al trabajo y se dio cuenta de que se había olvidado de
las pastillas que tomaba cada día después de la comida para la tensión alta.
Telefoneó a su esposa para pedirle que se las trajera. Pero en casa solo estaba
Garbancito, que le dijo a su Padre:
-No te preocupes; yo te llevaré
las pastillas, ya sé dónde están.
-No Garbancito, que la carretera
tiene muchas curvas y pasan coches-le dijo su padre.
-Ya verás cómo llegaré en
seguida.
Cuando cruzaba los campos,
estalló una tormenta terrible y se puso a llover a cántaros. En un huerto
Garbancito se refugió debajo de una col y se quedó dormido. Cuando despertó ya
no había col. Un buey se la había comido (en este cuento el buey no se comió a
Garbancito, no, no, no). Las pastillas estaban a salvo y él llegó al
restaurante.
El padre se quedó sorprendido
cuando vio llegar a su hijo, risueño y nada mojado.
- ¿Lo ves padre? – dijo
Garbancito más satisfecho que nunca -; que sea pequeño como un garbanzo no
quiere decir que no pueda hacer como los mayores. Podéis confiar en mí, ¿verdad
que sí?
El abrazo de su padre premió que
Garbancito conociera sus posibilidades y su valentía.
FIN.
REFLEXIÓN
Conocer las propias emociones es
básico, ya que sería imposible relacionarnos adecuadamente con los demás, si no
supiéramos siquiera en qué situación emocional nos hallamos nosotros mismos.
Nuestro Garbancito confiaba en sí mismo porque se valoraba muy positivamente;
era consciente de sus limitaciones y temores, pero la certeza que tenía de sus
posibilidades le hacía encontrar soluciones a las dificultades.
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